Mateo 14:23-33

23 Después de despedir a la gente, subió a la montaña para orar a solas. Al anochecer, estaba allí él solo, 24 y la barca ya estaba bastante lejos de la tierra, zarandeada por las olas, porque el viento le era contrario.

25 En la madrugada, Jesús se acercó a ellos caminando sobre el lago. 26 Cuando los discípulos lo vieron caminando sobre el agua, quedaron aterrados.

—¡Es un fantasma! —gritaron de miedo.

27 Pero Jesús les dijo en seguida:

—¡Cálmense! Soy yo. No tengan miedo.

28 —Señor, si eres tú —respondió Pedro—, mándame que vaya a ti sobre el agua.

29 —Ven —dijo Jesús.

Pedro bajó de la barca y caminó sobre el agua en dirección a Jesús. 30 Pero al sentir el viento fuerte, tuvo miedo y comenzó a hundirse. Entonces gritó:

—¡Señor, sálvame!

31 En seguida Jesús le tendió la mano y, sujetándolo, lo reprendió:

—¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?

32 Cuando subieron a la barca, se calmó el viento. 33 Y los que estaban en la barca lo adoraron diciendo:

—Verdaderamente tú eres el Hijo de Dios.