¿Deberías unirte a un grupo devocional de mujeres?

Lo primero que viene a tu mente es: “no tengo tiempo” y probablemente sea cierto. Quizás estés cuidando de una familia con niños pequeños, con una lista de cosas por hacer que se vuelve más larga cada día.

Quizás te muestras reticente a llenar los espacios de tu calendario con extras porque simplemente estas cansada de tanto trabajar o quizás ahora se trata de que tus padres avanzados en edad necesitan tu atención y te preocupa mantener en equilibrio tu agenda. 

O puede ser que el obstáculo no sea tu calendario; sea tu temor de ser abierta y vulnerable. Así como crecieron tus hijos, lo han hecho los desafíos personales y las relaciones que enfrentas, y ahora tienes hijos mayores. Es difícil ser honesta respecto al temor, la desolación y la aflicción que enfrentas a diario. 

Aún si es primera vez que consideras ser parte de un grupo devocional, pero te sientes nerviosa e incómoda respecto a unirte; preocupada por decir algo equivocado o no saber tanto como las demás.

Aun cuando anhelas crecer espiritualmente, en ocasiones te preguntas si la participación en un grupo es la mejor manera de cultivar ese crecimiento. Te preguntas si no sería mejor simplemente estudiar la Biblia por tu cuenta, en tus propios horarios. 

Mientras evalúas tus opciones, me gustaría presentarte tres cosas a considerar:

 

1. Los días son largos, pero los años son cortos.

El Salmo 90:12 dice, «Enséñanos a contar de tal modo nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría». Al mirar hacia adelante, al final, y luego mirar hacia atrás, hay algo que ayuda a poner las cosas en perspectiva. ¿Qué tipo de esposa, mamá, trabajadora, hermana o amiga quiero ser al final de este año? ¿Y para el final de esta década? ¿Qué me va a ayudar a llegar ahí?

Todas nosotras tenemos que escoger lo que añadiremos al ritmo de vida semanal. Que cosas son importantes y a cuales les damos prioridad en nuestra agenda.  Pero no te engañes, si eliges tiempo con la familia, tienes que saber que el tiempo devocional tendrá un impacto directo en la forma en que llevas tu familia y lo que compartes con ellos.

 

2. La sabiduría se va conformando en grupos.

Proverbios 13:20 dice «El que anda con sabios se hará sabio, mas el compañero de los necios sufrirá daño». Las personas con las que «andas» regularmente terminan cambiándote, serán tu mayor influencia. Ellas le dan forma a tu perspectiva en la vida. Tu Biblia está llena de sabiduría, pero Dios diseñó que esa sabiduría fuese tridimensional, exhibida en la vida de otras. Bueno, no puedo prometerte que todas en tu grupo devocional serán sabias todo el tiempo, pero si estás buscando mujeres sabias, un grupo de mujeres de la iglesia seguro es un buen lugar para comenzar.

¿Quién es parte de tu vida?¿Quién acudirá a tu próximo cumpleaños? ¿Tienes amigas que buscan ayuda, guía y esperanza en la Palabra de Dios? Si no es así, un grupo devocional es una gran manera de cultivar ese tipo de amistad.

 

3. La iglesia no es solo el domingo.

Muchas veces creemos que es suficiente con ir un día a la semana a reunirnos en la iglesia, pero lo cierto es que en ese tiempo no alcanzamos a compartir lo suficiente con nuestra familia de la fe para saber realmente como estamos, cuales son nuestras luchas, escuchar las alegrías y dificultades por las que están atravesando y de esta manera saber porqué estar orando.

 Con una o dos horas a la semana, no podremos generar relaciones profundas con entre hermanas.  Necesitamos hablar.

En estos tiempos tenemos el privilegio de poder «conectarnos en línea». El video ya no se siente «virtual». Se siente como si estuviéramos en el mismo lugar. Pero para aquellas de nosotras que podemos reunirnos físicamente, creo que deberíamos hacerlo. 

Hebreos 10:24-25 dice, «consideremos cómo estimularnos unos a otros al amor y a las buenas obras, no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos unos a otros, y mucho más al ver que el día se acerca».

No es que no podamos animarnos y estimularnos unas a otras al amor y a las buenas obras detrás de una pantalla. Solo que es más difícil conectarse. 

4. La vida cristiana se vive en comunidad

Sumarse a un grupo devocional es el equivalente a tomar café en lugar de leer la publicación de un blog. Es más personal y es un compromiso mayor. Te implicará más tiempo y gasto de energía relacional.

Pero el éxito en la vida cristiana se logra como grupo, no solo individualmente.

Si estoy por mi cuenta, me desanimo rápidamente, me engaño y me distraigo. Pero cuando mi grupo se reúne para avivar la fe de unas a otras, recordarnos la verdad, y oramos juntas por nuestras luchas, es como una reorientación semanal. Salgo de ahí pensando, ¡Pero claro, por esto es que Dios me dio vida! Y así es como se supone que la viva.

 

Obviamente, tú y el Señor necesitan planificar tu calendario. Pero si el Señor te abre un espacio para que te reúnas con otras mujeres que quieren seguir a Jesús y ayudarte a mantener tus ojos en Cristo, no se me ocurre otro compromiso que valga más la pena.