31 de Octubre Día de la Reforma

Por Leslie

ENLACE

6to-7mo-8vo básico

Los VIERNES se reunen en casas para aprender, jugar y compartir la vida cristiana.
El grupo está a cargo de Juan Cárdenas y Nacha Vilches.

JUP

E. Media y Universitarios

Cada VIERNES a las 18:00 hrs se reunen en la iglesia para un tiempo de compañerismo y crecimiento en la fe.

Cada 31 de octubre la iglesia protestante conmemora el día en que en 1517 Martin Lutero colocó su 95 tesis en la puerta de la Catedral de Wittenberg, ese día es tomado como el comienzo de la reforma protestante, donde se reafirma que la palabra de Dios es el punto de partida y la autoridad final de la iglesia y de toda teología. Un buen resumen del anhelo de Martin Lutero lo vemos en esta oración que él hizo:
Señor Dios, Tú me has puesto en tarea de dirigir y pastorear la Iglesia. Tú ves cuán inepto soy para cumplir tan grande y difícil misión, y si yo lo hubiese intentado sin contar contigo, desde luego lo habría echado todo a perder. Por eso clamo a Ti. Gustoso quisiera ofrecer mi boca y disponer mi corazón para este menester. Deseo enseñar al pueblo, pero también quiero por mi parte aprender yo mismo continuamente y manejar Tu Palabra, habiéndola meditado con diligencia. Como instrumento Tuyo utilízame. Amado Señor, no me abandones en modo alguno, pues donde yo estuviera solo, fácilmente lo echaría todo a perder. Amén.
Este fue el comienzo de una gran reforma en la iglesia cristiana que cambio la historia del mundo occidental.
Martin Lutero fue un moje agustino y profesor universitario de teología. Escribió las 95 tesis en latín, con la intensión de generar un debate universitario acerca del abuso que la Iglesia Católica estaba haciendo con la venta de indulgencias. Nadie llegó al debate. Sin embargo, copias traducidas de estas 95 tesis fueron distribuidas por toda Europa, causando inmediata controversia.
Las tesis de Lutero no constituían un documento de reforma doctrinal de la Iglesia. Su objetivo era exponer el riesgo que el uso inadecuado de las indulgencias generaba. Lutero consideraba que éstas eran peligrosas  particularmente porque debilitaban la necesidad del arrepentimiento para recibir el perdón de pecados. No obstante, Lutero fue acusado de hereje.
Durante el tiempo anterior a su juicio, Lutero se involucró en una serie de debates que le obligaron a examinar su posición respecto al tema y a cuestionar el verdadero trasfondo de la problemática a la luz de la Biblia. Fue entonces que comprendió que la justicia de Dios era la manera en que Él había actuado para rescatar a pecadores y que la única manera de ser hechos justos delante del Dios santo era por fe en el sacrificio de Cristo en la cruz: “Pues en el evangelio, la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: ‘Más el justo por la fe vivirá’” (Romanos 1:17). A partir de este momento, su predicación y publicaciones cobraron un tinte doctrinario: “sólo la Biblia” es la única fuente de autoridad para la enseñanza en la Iglesia;  “sólo la Fe” como requisito para la justificación ante Dios; y “sólo Cristo” es la Cabeza de la Iglesia. De esta manera, cuando en enero de 1521 Lutero es enjuiciado públicamente ante la Dieta de Worms y se le ordena retractarse de sus dichos, su respuesta fue negativa: no podía retractarse ni lo haría, pues su conciencia estaba sujeta a la Palabra de Dios.
Este 31 de octubre celebramos el Día de la Reforma Protestante, dando gloria a Dios y recordando cómo hace cinco siglos el Señor actuó en la conciencia de un monje para recordarnos la importancia de volver siempre a Su Palabra como fuente suficiente de la verdad, verdad que nos habla las maravillas del evangelio: que Dios salva a miserables pecadores como nosotros, no por nuestra justicia o nuestros méritos, sino por fe en la justicia y en los méritos de Cristo.