Juan 4:3-18
Imagínate por un instante que sostienes en tus manos un vaso vacío que representa tu vida. Si te dieran la simple tarea de llenar ese vaso, ¿qué pondrías adentro: ¿dinero?, ¿comida?, ¿o no pondrías nada?.
Este puede ser un ejemplo bastante elemental, pero, tristemente, muestra el camino que muchas personas toman en la vida. Cuando se sienten vacíos, buscan cosas que les parecen más convenientes o satisfactorias.
La verdad, sin embargo, es que no tiene que ser así. Una relación con Jesucristo puede hacer mucho para llenar ese vacío en tu vida y puede capacitarte además, para vivir una existencia de confianza, paz y gozo.
Claro que nadie estará libre de dificultades, pero con el Dios del universo a tu lado, tú puedes entonces, salir victorioso de las pruebas de la vida.
Si te sientes agonizar por un vacío en tu vida, recibe las palabras del profeta: “Bendito el hombre que confía en el Señor, y pone su confianza en él. Será como un árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme que llegue el calor, y sus hojas están siempre verdes. En época de sequía no se angustia, y nunca deja de dar fruto” (Jeremías 17:7-8)
Cuando Dios llega a tu vida, no solamente llena tu corazón con Su amor, sino que Él puede transformarte en una planta firme, estable y puede darte una existencia próspera por las corrientes de Su gracia, por medio de tu fe en Él.
¿Estas listo para hacer un cambio en tu vida? ¿Estas listo para recibir la gracia de Dios? Entonces, amigo, bota lo que tengas en tu “vaso” y reemplázalo con el agua viva que es Cristo.
Saludos cariñosos,
Enrique