Resoluciones 2014

Por Leslie

ENLACE

6to-7mo-8vo básico

Los VIERNES se reunen en casas para aprender, jugar y compartir la vida cristiana.
El grupo está a cargo de Juan Cárdenas y Nacha Vilches.

JUP

E. Media y Universitarios

Cada VIERNES a las 18:00 hrs se reunen en la iglesia para un tiempo de compañerismo y crecimiento en la fe.

La Biblia está llena de resoluciones o decisiones de hombres y mujeres de Dios que quieren honrarle, siervos que temen a Dios y buscan agradarle mejor cada día. Y el año nuevo es tradicionalmente un buen momento para hacer nuevas resoluciones. Lamentablemente basta que pase un par de semanas para que la mayoría de nuestros nuevos hábitos se desvanezcan, nuestros corazones se desanimen y volvamos a la misma vida de comodidad que teníamos antes. Pero vale la pena tratar de nuevo, recordando los siguientes consejos;

Dependencia. Si bien somos responsables de nuestras faltas, la vida cristiana depende de la gracia de Dios, es por fe de principio a fin (Rom 1.17), es en la gracia que debemos esforzarnos (2 Tim 2.1), De la manera en que lo recibimos, así debemos andar en Él (Col 2.7). Nuestras resoluciones necesitan de un poder sobre natural para que podamos llevarlas a acabo, especialmente porque son disciplinas espirituales.

Humildad. A raíz de la dependencia, debemos cultivar humildad al establecer nuestras resoluciones, después de todo, si depende de Dios que las pongamos en práctica, es Él el que debe llevarse toda la gloria. No podemos jactarnos pues de nuestras actitudes, de hecho no nos podemos jactar de nada (Efe 2.8, Gal 6.14).

Evangelio. Se desprende de lo anterior, que recordemos que nuestra seguridad, identidad y salvación están en Cristo. Cumplir nuestras resoluciones no nos hace más merecedores de su amor y bendición, tampoco nos hace mejor que los demás, ¡así como fallar en nuestras resoluciones no nos hace peores que los demás, ni menos merecedores de su amor! Sabemos que Dios nos ama porque envió a Su Hijo a morir por nosotros y derramó su Espíritu en nosotros aún siendo pecadores (Rom 5.1-10).

Estableciendo ese fundamento podemos empezar a pensar en nuestras resoluciones de próximo año. Nos vamos a ver tentados a tomar grandes decisiones, a veces poco realistas, o con las motivaciones equivocadas, como leer la Biblia dos veces en el año (¡porque a nadie se le ha ocurrido hacer eso todavía!), o escribir un libro (¡para hacerme famoso!), etc. Pero la realidad de nuestras limitaciones de tiempo y capacidades deben recordarnos que vivimos cada día pequeños momentos que pueden hacer una gran diferencia a largo plazo. Paul Tripp nos recomienda que veamos a Dios obrar en nosotros en esos 10 mil pequeños momentos; como cuando desearíamos habernos mordido la lengua antes de haber dicho esas palabras hirientes, o habernos levantado esos 10 minutos antes para orar por alguien en necesidad, etc. Son esas pequeñas cosas las que van a hacer la gran diferencia en nuestro estilo de vida.

Otro buen consejo es recordar que las “resoluciones son intenciones con una estrategia. Uno no se queda esperando a que las cosas pasen, sino que las planificamos para que pasen.”

Pensemos entonces en la resolución como una visión, qué nos gustaría ver en nuestra vida como creyentes; comunión diaria con Dios, gestos de cariño para la esposa, vecinos que lleguen a conocer a Jesús, etc. Luego, establecemos metas realistas; un devocional diario, leer la Biblia en dos años, mantener una lista de oración, etc. Finalmente piensa en una estrategia; un horario, una rutina, alguien con quién rendir cuentas, etc. Leía por ahí (99u.com) que para crear nuevos hábitos es bueno generar rutinas antes del hábito en sí. Por ejemplo, si quiero sentarme a leer, pongo el despertador, me levanto, abro las cortinas, me sirvo un café y entonces leo. Así mi mente y mi cuerpo también se preparan para establecer ese nuevo hábito. Quizás una tabla así nos ayude de ejemplo;

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Es bueno que cada resolución tenga un verso de la palabra de Dios, que nos anime y nos recuerde por qué queremos lograr ese nuevo hábito. Recuerda, es muy probable que fallemos, otra vez, pero ahí estará Dios recordándonos que eso es para que dependamos más de Él y busquemos en Cristo su perdón. Es en esos pequeños momentos que Dios estará siendo fiel en cumplir lo que ha comenzado (Filipenses 1.6).

“Con este fin también nosotros oramos siempre por ustedes, para que nuestro Dios los considere dignos de su llamamiento y cumpla todo deseo de bondad y la obra de fe con poder” (2 Tesalonicenses 1.11)

Felipe Chamy