Lucas 22:54-62
Prendieron entonces a Jesús y lo llevaron a la casa del
sumo sacerdote. Pedro los seguía de lejos. Pero luego,
cuando encendieron una fogata en medio del patio y se
sentaron alrededor, Pedro se les unió. Una criada lo vio allí
sentado a la lumbre, lo miró detenidamente y dijo:
—Este estaba con él.
Pero él lo negó.
—Muchacha, yo no lo conozco.
Poco después lo vio otro y afirmó:
—Tú también eres uno de ellos.
—¡No, hombre, no lo soy! —contestó Pedro.
Como una hora más tarde, otro lo acusó:
—Seguro que este estaba con él; miren que es galileo.
—¡Hombre, no sé de qué estás hablando! —replicó Pedro.
En el mismo momento en que dijo eso, cantó el gallo.
El Señor se volvió y miró directamente a Pedro. Entonces
Pedro se acordó de lo que el Señor le había dicho: «Hoy
mismo, antes de que el gallo cante, me negarás tres
veces». Y saliendo de allí, lloró amargamente.