Sermón predicado en Noche de Velas…
Isaías 9:1-7
El pueblo que andaba en la oscuridad vio una gran luz;
una luz ha brillado para los que vivían en tinieblas.
Señor, has traído una gran alegría; muy grande es el gozo.
Todos se alegran delante de ti como en tiempo de cosecha,
como se alegran los que se reparten grandes riquezas.
Porque nos ha nacido un niño,
Dios nos ha dado un hijo,
al cual se le ha concedido el poder de gobernar.
Y le darán estos nombres:
«Admirable consejero», «Dios fuerte»,
»Padre eterno», «Príncipe de paz».
Se sentará en el trono de David;
extenderá su poder a todas partes y la paz no se acabará;
su reinado quedará bien establecido,
y sus bases serán la justicia y el derecho
desde ahora y para siempre.
Esto lo hará el ardiente amor del Señor todopoderoso.