Artículo: Que Vuelvan los Niños al Servicio
Autor original: Jason Helopoulus
Publicado en The Gospel Coalition por Kevin DeYoung
Recuerdo haber estado sentado en la iglesia, chupando caramelos y dibujando en los sobres de la ofrenda. Pero aún cuando estaba preocupado por los avioncitos que estaba dibujando, si aprendí cosas. ¿Fue fácil acaso para una madre soltera sostener a un chico revoltoso y a su hermana en la banca de la iglesia? No, !Fue un testimonio de su paciencia y gracia! Pero fue bueno para mi alma.
Como iglesia debemos estar abiertos a la idea de invitar a nuestros hijos al servicio dominical otra vez. Debemos ser pacientes, intencionales, y sabios, pero animemos a las familias a tener a sus niños en el culto tan pronto como sea posible… que no se vuelva una carga. Claro, toda iglesia debe tener un buen espacio bien equipado para el cuidado de los bebés, y para enseñarle a los más pequeños. Además, debemos ser sensibles a las familias que visitan la iglesia, y a los que nos están todavía convencidos de incorporar a los pequeños en el servicio, así que seamos pacientes y comprensivos, pero esto es algo a lo que debemos apuntar !antes de que nuestros hijos empiecen a manejar! Aún si ellos todavía no entienden lo que está pasando, luchan por sentarse tranquilos, y se aburren a ratos durante el servicio, están siendo beneficiados por estar en medio de la comunidad reunida delante de Dios (Marcoss 10:13-16). Y por último, van a estar agradecidos por los caramelos.
Hoy, quiero ofrecer algunas razones del porqué debemos animar a los niños de la iglesia a estar presentes en el servicio dominical…
Nuestros hijos son miembnros de la comunidad del pacto (La Iglesia)
La adoración comunitaria es la actividad principal de la comunidad del pacto (Hechos 2:42; Hebreos 10:24-25). Por lo tanto, nuestros hijos como miembros de esta comunidad debieran ser incluidos en este aspecto crucial de la vida en comunidad en relación con Dios.
Nuestros hijos estarán presentes para los medios de gracia
Van a ser beneficiados al estar presentes durante la predicación (Romanos 10:14), durante las ordenanzas [Bautismos y Santa Cena] (Mateo 28:19-20), cuando oremos públicamente (Hechos 2:42-47) [Etc.]. Estos son los principales medios por los que Dios derrama su gracia sobre su pueblo. ¿Por qué robarle a nuestros hijos esa bendición?
Nuestros hijos estarán en medio de toda la congregación
Nuestros hijos ganan mucho al estar en la presencia de cristianos de diversas edades. Así pueden ver que la fe de sus padres no es sólo de ellos, sino que es una fe importante para un montón de personas que se reúnen cada semana. Esto refuerza lo que mamá y papá están modelando y enseñando cuando presencian esta increíble reunión de personas leyendo la palabra de Dios juntos, orando juntos, confesando juntos sus pecados, cantando juntos (Deuteronomio 31:9-13). Ellos necesitan ver al cuerpo en acción.
Nuestros hijos van a estar con sus padres
Adorar a Dios juntos como familia nos ayuda a enfrentar la tendencia actual de nuestra sociedad de fragmentar la familia. Si nuestros hijos nos acompañan en el servicio sólo desde los cuatro años, hasta los dieciocho, habrán estado 780 domingos en el culto. Piensen en el efecto acumulativo de tener a una famnilia sirviendo juntos, en medio de los medios de gracia, reuniéndose con Dios [y su pueblo] 780 domingo de corridos.
Nuestros hijos serán testigos de la adoración de sus padres
Es el rol bíblico de los padres el discipular a sus hijos en la fe (Deuteronomio 6, Salmo 78, Efesios 6). Que bendición es que nuestros hijos sean testigos de como su mamá y su papá cantan con convicción, oran en reverencia, escuchan atentamente un sermón y reciben la cena del Señor con gozo. Es en estos momentos que los niños observan la importancia de la fe y la adoración. Hay pocos grandes momentos de ánimo para la fe de los niños como cuando ven a sus papás adorar a Dios con reverencia y gozo. (Exxodo 12:1-28, Deuteronomio 4:9-11; Deuteronomio 6; Salmo 78; Esdras 10:1, Nehemías 12:43; Joel 2:12-17, Hechos 16:33).
Nuestros hijos aprenden los ritmos de la vida de la iglesia
Los adolescentes en general rechazan la idea de participar en la adoración comunitaria. ¿Pero a cuántos de nuestros hijos hemos criado para que no reacciones así, porque no hemos sido consistentes en incluirlos en el servicio antes de que lleguen a ser adolescentes? Si ir a la iglesia siempre ha significado pintar historias bíblicas, cantar con mímica, jugar y hacer manualidades, entonces no debiera ser una sorpresa para nosotros que para los jóvenes el servicio se incómodo, raro y hasta aburrido. Me encantan las canciones para niños [ ! ], se escuchan muchas en nuestra casa, pero si sólo eso es el ritmo de la iglesia al que hemos preparado a nuestros hijos cada semana, entonces no les hemos servido bien. Ellos deben ver, conocer y aprender que el cantar los grandes himnos de la fe, la predicación de la palabra, la lectura de las confesiones, la oraación pública, etc. están lejos de ser aburridos. EEs la vida de la comunidad de fe reunida. Es nuestro ritmo semanal, diseñado por Dios, para Dios, establecido para cada época, esto es lo que queremos que conozcan, porque queremos que conozcan y adoren a Dios.